La hora del pueblo.

En vísperas del primer aniversario de la muerte de nuestro querido Nestor Kirchner nace este nuevo espacio de comunicación para aquellos que abrazamos su causa, pasión fundacional de esta nueva Argentina.
Este pueblo, que ha recuperado con él la memoria histórica, renueva su decisión de seguir transitando el camino patrióticamente democrático que nos fue asfaltando con la transparencia genuina de su gestión y la franca humildad de su vocación militante.
Tal vez fue necesario transitar lo transitado para desterrar la verdad oculta de un modelo perverso impuesto desde el interés corporativo de determinados sectores de poder que nos sumergieron e las profundidades de nuestra propia memoria, de nuestra propia condición de ser y pertenecer.
De allí venimos, una vez más, el aluvión abandona su lugar de cautiverio y antes de cerrar sus puertas procura contener en él los despojos de una (des) oposición condenada al confinamiento político o a la (improbable) revisión de su accionar. Allí están, todos juntos, en manada la especie gigante de la familia antecesora del hombre ya comienza otra vez a definir los mezquinos intercambios de jaula que volverán a realizar. Allí están, condenados por este pueblo despierto, alegre, con presente y mejor futuro aún. Ya se los ve acomodándose en el reducido espacio que les queda, uno a uno con sus secuaces, la –inventada en apuros- caricatura de Binner, el impostor de Alfonsín, el noventoso Rodríguez Saa, el nefasto Duhalde, el antiguo de Altamira y la hereje Carrió. A sus derechas, yacen perplejos ante tanta realidad no asumida las corporaciones mediáticas, con Clarín y Perfil a la cabeza, que sin hacerse cargo van haciéndole llevar a sus pacatos y mercenarios editores y periodistas de la manera más erguida posible la bandera de la derrota.
Ya no hay lugar para los tibios. Es el momento de quien decide y sabe dónde está. Es el momento más sublime de nuestra democracia , de las igualdades, de la soberanía económica y de la justicia social.
Por eso nos sumamos a la apertura comunicacional alargando la lista de los espacios donde resuena la voz del pueblo, esa lista encabezada por el fenómeno 678 que ha producido el cambio más radical en concepto de análisis crítico-reflexivo mediático-político y la numerosa cantidad de cámaras, micrófonos y hojas en las que estamos presentes.
Es hoy, es ahora –escuché a un colombiano decir- y me di cuenta que tenía razón. Es hoy el día en que le rendimos homenaje a nuestro líder defendiendo este proyecto nacional y popular por el que nos dejó su vida y con ella la enseñanza de que es posible construir un país desde el amor, con la verdad, la memoria y la justicia puesta en función de las necesidades surgidas en cada escenario del espectro político social y cultural,  un país que nos contiene a todos y todas. Supo también heredarnos a Cristina con el orgullo concebido desde su excelencia humana, compañera y presidencial con la que enaltece  a la patria.
Es ahora y para siempre que llevaremos más alto que nunca las banderas de la victoria que ellos recogieron para ponerlas en nuestras manos nuevamente.
Por eso miramos cielo y tierra y con un gesto de redención decimos “gracias Nestor” “gracias Cristina” y seguimos adelante haciendo camino, haciendo historia, porque es hoy, es ahora, la hora del pueblo.